Vivir se ha convertido en un privilegio. Tenemos que pedir permiso para vivir, permiso para movernos, permiso para sobrevivir, permiso hasta para usar y disfrutar del sol… No me extrañaría en un futuro próximo pedir permiso para respirar.
Soy una persona tranquila, para algunas personas demasiado tranquila pero la discriminación, la injusticia y la desigualdad son cosas que me intranquilizan, que me hacen perder mi calma.
Vivimos en pleno siglo XXI. Vivimos en países y comunidades democráticas y modernas y solemos sacar pecho por ello.¿Estáis seguros de su democracia? Yo no. La democracia no es vivir solamente o votar en las urnas. La democracia consiste en ser personas políticas y críticas y, por ende, como dijo Aristóteles: personas racionales.
Debemos aprender a contrastar informaciones y no creer lo que algunos pocos quieren que creamos. El mundo es demasiado complicado como para tener esa visión tan simplista que nos dan los medios. En el mundo hay buenos y malos, pero muchas veces las apariencias engañan al lector y espectador: depende de dónde mires las cosas, cómo la mires y quién te las cuenta la realidad puede ser de una u otra forma y los malos pueden ser unos u otros.
He decidido escribir este artículo porque el tema que impregna nuestra vida cotidiana estos días da mucho de que hablar. Y me indigna la información que leo por las redes sociales o los periódicos o veo en los canales de (des)información. Me indigna porque se hace un trato vejatorio y ofensivo hacia los acontecimientos.
Llevo dos días que cada vez que entro en mis redes sociales acabo cerrándolo enfurecido por lo que veo y leo. Hay un hecho que nadie puede negar: ha habido un atentado inhumano en la capital gala. Pero el mundo no gira sobre ese acontecimiento; hay cientos de escenarios más donde el terrorismo roba vidas a poblados enteros.
Este año ha sido uno de los más violentos de las últimas décadas, pues hemos podido ver (a quien le ha interesado) muertes en los cuatro continentes. ¿Quién sabe algo de las muertes de Kenia? ¿Y de Nigeria? ¿Y del Congo? ¿Y del Sudán del sur? ¿Y de Centroáfrica? ¿Y de Somalia? ¿Y de Palestina? ¿Y de Ucrania? ¿Y de México? ¿Y de Corea? ¿Y de Indonesia?
¿Por qué París sí y no algunos de estos países y otros tantos que no he querido nombrar? ¿Por qué? ¿Porque es un país occidental? ¿Es eso? ¿O porque los terroristas son yihadistas, “musulmanes”? ¿Es eso?
Mapamundi trágico. Fuente: cinismoilustrado.com
Quiero decir bien alto que este mundo me da asco. Me doy a mí mismo asco. Estoy hasta las narices de aguantar bombardeos en los informativos contra los musulmanes y estoy hasta las narices de la idiotez e ignorancia de la gente por creerse tales mentiras. ¿Piensas que el Islam es terrorismo? ¿Por qué no lo debates con tu vecino musulmán?
Me parece vergonzoso y de una estupidez abismal que países con una historia y presente de migraciones, habitantes y ciudadanos musulmanes no sean capaces de entender o conocer esta religión y las necesidades y voluntades de sus practicantes. Ninguna religión es violenta. Las personas somos las que utilizamos la cultura (sea religión o ideología) como pretexto para justificar nuestras acciones.
Me parece vergonzoso, y el colmo, que los musulmanes tengan que mostrar públicamente fotos y comentarios con etiquetas del estilo “No soy terrorista” o “No en mi nombre” o “Nosotros también somos París”. Encima de ser víctimas de una fobia y odio manipulado, tenemos que arrastrarnos hacia los racistas para integrarnos. Pues perdonad que os lo diga, pero la integración empieza con una buena acogida; si los inmigrantes no son bienvenidos nunca habrá una buena integración.
Yo soy musulmán. Y sé perfectamente en qué consiste el Islam y no tengo ninguna necesidad ni le veo ninguna lógica a seguir los actos diplomáticos y mediáticos en apoyo a una ciudad solamente.
Háblame de solidaridad y humildad, no me hables de hipocresía y racismo camuflado. Yo soy Paris, pero soy también todas las ciudades y familias que han sido violentamente atacadas, desalojadas, violadas y asesinadas. El mundo no solo gira entorno a Europa. Europa es un continente, comunidad y sociedad que ha avanzado mucho en cuanto a valores. Pero también hay que decir, claramente, que va perdiéndolos a pasos gigantes.
El racismo tiene que ser un tema a tratar en la educación infantil, primaria, secundaria, universitaria y en la educación de la vida (política, parental, vecinal…). El racismo, disimulado, es una actitud normalizada en las sociedades modernas, una actitud que nos recuerda a nuestro ser animal. Por ello, necesitamos avanzar, y evolucionar, en este aspecto. Que no os dé miedo decir que sois racistas.
Como una persona con rasgos árabes que soy, prefiero saber quién es racista de quién no lo es. Odio la falsa cordialidad como odio la necesidad de las personas de ser como otros quieren que sean. Si eres racista tienes que conocer qué significa serlo y por qué la gente educa en la igualdad. Si exteriorizas tus actitudes, tus sentimientos, tus miedos y tus dudas; puedes cambiarlos y superarlos. Si no los exteriorizas, te condenas a mantenerlos.
Por último, no quiero entrar en el debate de la autoría de los atentados, de quién puede estar detrás, de los pasaportes de los terroristas, de la crisis de refugiados, de lo que dicen unos y lo que dicen otros,… solo voy a acabar con una pequeña reflexión:
La mayoría de atentados acontecidos en suelo europeo o americano, siempre han sido durante una situación delicada sobre un determinado tema. Siempre ha habido un atentado. Ha habido muchos muertos. La gente ha escuchado palabras árabes. Se han encontrado documentos de identificación. Se ha indignado el mundo por ello. Se ha llevado una ofensiva militar. Se ha olvidado el tema. Y así hasta la próxima jugada. ¿Casualidad? Tal vez. Yo creo que no.
Os invito a reflexionar. A leer más. A pensar en las personas que pierden mucho por estas cosas, y en las personas que ganan mucho con estas cosas.
Los medios de comunicación son la entidad más poderosa de la tierra. Ellos tienen el poder de hacer culpable al inocente e inocente al culpable, y este es el poder. Por ellos controlan la mente de las masas.
Malcolm x. Activista y defensor de los derechos de los afroamericanos.